El extra necesario

En las actuales circunstancias económicas, sociales y políticas en que vivimos, y debido a los contantes cambios a los que nos enfrentamos, nos encontramos transitando en un “sube y baja” de situaciones que nos exigen algo más de ingenio para solventarlas o al menos cumplir con ellas, viendo todo esto, es necesario establecer un plan de trabajo personal y familiar, que además de identificar las posibles soluciones, nos permita concientizar y hacer frente a cada uno de ellos, sin que esto, tenga repercusiones desfavorables en nuestro entorno, cosa nada fácil, pero, si aprendemos a mirarlo de otra manera, de seguro podremos sacarle provecho.

Y es que sin darnos cuentas, nos trasformamos en individuos reactivos, y solamente hacemos la mayoría de nuestras cosas como la respuesta de un estímulo inmediato, no valoramos ni tenemos en cuenta el detalle de cada una de las acciones y la posición que para con estas podemos tomar, y que en muchas ocasiones no son las más adecuadas. En su mayoría son las más cómodas, de seguro no las mejores.

Es en estas situaciones en las que debemos hacernos valer de nuestras mejores herramientas, conocimiento y habilidades, debemos ser y aportar, a todo lo que hagamos un valor extra, y es que ese “extra” nos diferencia con facilidad de todos, pasamos de ser ejecutantes a compositores. En lo personal, nunca me he permitido medir mis acciones en función de lo que pudiere conseguir a cambio, con un fin preestablecido, sino, en que pueda resolver, mejorar, aportar, es decir, siempre he dado un “extra”, aquellas que me satisfacen hacer y me llenan.

Creo que ese “Extra” es como un pequeño volcán que cuando explota, genera una serie de circunstancias y emociones especiales, esas que te permiten disfrutar del logro y crecer, es ese “EXTRA”, una parte primordial que debemos siempre tener en cuenta en cada proyecto o tarea que realizamos, tanto personal como familiar.

F. Jiménez