SOLIDARIDAD

“El ejercicio de la solidaridad dentro de cada sociedad es válido sólo cuando sus miembros se reconocen unos a otros como personas”. Juan Pablo II

Hace unos días atrás estuvimos reunidos en casa de unos buenos amigos, en esta oportunidad la excusa era conocer a la hermana de la madrina de mi hija, finalizada las presentaciones, nos sentamos a la mesa, dispuestos a disfrutar de una buena conversación, acompañados por supuesto de un buen vino y variados platos para picar. Los temas variados; política, familia, economía, hijos, estudios, etc.…. Entre todos estos, coincidimos o más bien nos centramos en algo tan importante y fundamental en toda sociedad, como lo es la “Solidaridad”.

Para entender un poco más el tema, me permito incluir ciertas clasificaciones que definen como tal a la solidaridad: “solidaridad proviene del sustantivo latín soliditas, que expresa la realidad homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de igual naturaleza”, “..reúne y expresa nuestras esperanzas plenas de inquietud, sirve de estímulo a la fortaleza y el pensamiento, es símbolo de unión para los hombres”.

Como podemos ver, la solidaridad formar parte de la naturaleza del propio individuo, pues, es el quien la siente o la valora, sabemos que en muchos casos la solidaridad nace por motivos generalizados que nos implican y nos compromete, y que como tales, nos vemos trabajando unidos por un fin común. Es por ello, que la solidaridad, abarca tantos estratos y niveles relacionales de cualquier sociedad; política, empresas, universidades, etc.

Lamentablemente para muchos, el uso de este término ha quedado desvirtuado ante el abuso del discurso político, que a lo largo del tiempo, nos plantea cambios y acciones individuales, que si bien, no estamos del todo de acuerdo con ellas, no nos dejan muchas opciones o barajas por jugar.

Creo que muchas de las cosas que nos ocurren actualmente, tienen su fuente en el egoísmos, el derroche y la falta de valores, el mundo de hoy día nos plantea situaciones de riesgo constante, de competencias desleales, de un alto contenido político y poco contenido social, pues, sin darnos cuenta, se han perdido aquellos valores sociales y morales, que como individuos nos permitían generar bienestar y riqueza (familia, salud, educación, economía, etc.).

Es triste ver como muchos ya sólo se preocupan por esa parcela de vida que tienen, sin importarle, o saber quien esta a su lado, se convierten en islas que olvidan que en algún momento han vivido alguna situación de carencia o escases, pero, que de seguro tuvo a alguien que le brindo el apoyo necesario para recuperarse.

Hoy día es necesario que realimentemos y recuperemos el sentido de la solidaridad, donde el ser humano sea el fin de la acción, sin importar, razas, sexo, ideales políticos, nacionalidad o religión.

F. Jiménez