Algo de mi hijo.... Un sábado cualquiera

A veces no sabemos como afectan nuestras decisiones a nuestros hijos, ni como las afrontan, tan solo pensamos que se adapataran a los cambios, que por demás, creemos y lo hacemos en el bien de todos, acá les dejo un escrito que entregó Francisco Alejandro este año en el Instituto, donde.... mejor leanlo.

Un Sábado Cualquiera.

Todo empezó o mejor dicho todo acabo un sábado cuando... mejor será empezar desde el principio.

Era un hermoso sábado de febrero, yo tenia una lista para hacer de este sábado un día inolvidable, pero todo me salio patas arriba, al principio fui a andar en bicicleta pero a diez metros de casa se me pincho una rueda y tuve que volver, supuse que seria el final de la mala suerte pero mas bien estaba empezando.

Cuando llegue a casa decidí bajar al parque para jugar a la pelota pero para peores males un chaval vino y me la robo. Subí a casa y pensando en lo enfadado que estaba, el día no podía ser peor, mi padre después de comer, me dijo que teníamos que hablar.

Yo muy nervioso me senté en una silla del comedor y le dije a mi padre: “¿de que tenemos que hablar?” y después de estas palabras mi padre empezó a explicarme la situación.

“Hijo lo que te tengo que decir es muy importante y a la ves muy difícil de explicar, no se si sabrás pero a tu madre y a mi nos han despedido, por la situación por la que esta atravesando el país, y por ello hemos estado buscando muchas soluciones, y la mas acertada es la de montar un Locutorio-Internet.”

Yo le interrumpí y le dije que lo de montar un Locutorio Internet, me parecía una idea muy buena.

El siguió y me dijo que el locutorio no lo montaríamos en Valencia (Venezuela) sino en España, esto quiere decir que nos iríamos a vivir a España.

Después de estas palabras yo me quede totalmente parado sin poder articular palabra, yo no sabia que decir, no sabia que hacer, pero una cosa si sabia el día ya no podía empeorar. Cuando pude volver a hablar lo único que pude decir fue: “me voy a mi habitación “.

Estuve toda la tarde en mi habitación sin moverme, sin hablar, solo pensando. Parecía como si la cabeza me fuera a estallar. Ya entrando la noche fui al dormitorio de mis padres y era tanto lo que quería expresar que lo único que pude decir o mejor dicho hacer fue llorar hasta no poder más y solo pude preguntarles ¿por que?

Actualmente estoy en España, ya llevo tres años aquí y aunque sigan pasando los años yo nunca olvidare el sábado en el cual perdí toda mi vida para comenzar una desde cero en un sitio que no conocía. Pero una cosa si se, que en un día, en un minuto o en milésimas de segundo puedes perder todo lo que quieres y todo por lo que has luchado, y es en estas situaciones en la que te das cuenta del amor o el cariño que le tienes a los familiares, amigos, vecinos y personas de tu alrededor.

Francisco Alejandro Jiménez Olaizola

Barcelona 2006

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